LAS TICS EN EL AULA
Un
programa multimedial interactivo puede convertirse en una poderosa herramienta
pedagógica y didáctica que aproveche nuestra capacidad multisensorial. La
combinación de textos, gráficos, sonido, fotografías, animaciones y videos
permite transmitir el conocimiento de manera mucho más natural, vívida y
dinámica, lo cual resulta crucial para el aprendizaje. Este tipo de recursos
puede incitar a la transformación de los estudiantes, de recipientes pasivos de
información a participantes más activos de su proceso de aprendizaje. Estas
tecnologías permiten al maestro revelar al alumno nuevas dimensiones de sus
objetos de enseñanza (fenómenos del mundo real, conceptos científicos o
aspectos de la cultura) que su palabra, el tablero y el texto le han impedido
mostrar en su verdadera magnitud (ver Ventajas pedagógicas y didácticas de la
TIC). A través de estos nuevos medios el estudiante puede experimentar el
conocimiento de una manera que resultaría imposible utilizando fuentes de
referencia tradicionales. El acceso a estos recursos incide positivamente en la
disposición que muestran los alumnos para profundizar y enriquecer su
conocimiento indagando más fuentes de información. Con el soporte de este
engranaje interactivo, la curiosidad e imaginación del alumno se transforman en
un poderoso dispositivo capaz de irrumpir en vastos dominios del conocimiento. Diversos
estudios han mostrado que, en comparación con la clase tradicional, los
programas multimediales pueden ayudar al estudiante a aprender más información de
manera más rápida. Algunos estiman que se puede ahorrar hasta un 80 por ciento
de tiempo en el aprendizaje (ver Aprendizaje, eficiencia y multimedios).
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