FRANZ KAFKA
Padre,
le digo, dame tres granos de cebada para despertar al
durmiente.
Pero
mi padre no responde:
es
un enorme jinete de bronce, alto sobre colinas y sinagogas.
Madre,
le digo, aparta tanta niebla,
muéstrame
un rostro dulce, del que broten palabras ingenuas.
Pero
ella se ha perdido por los callejones de piedra
y
sólo encuentro en el espejo sus ojos inmensos.
Abuelo,
digo entonces, ya no luches más con el ángel,
ven
a contarme historias junto al niego, mientras se hiela el Elba.
Pero
el viejo me mira con ojos ausentes, y comprendo
que
no es éste mi abuelo sino un viejo gitano que quiere venderme
un
recuerdo.
Hermana,
bella hermana, le digo,
toma
mi mano que está oscuro en esta casa inmensa.
Pero
a mi lado pasa una condesa polaca monumental y arrogante
y
se escucha un violín, y se cierra una puerta.
Hermano,
digo, qué bello cabalgas sobre el potro de madera y
de
laca,
¿hacia
dónde nos llevan estas tardes inciertas?
Pero
él es sólo una imagen, una gris fotografía en mis nimios,
y
a lo lejos, atroces, los cañones resuenan.
Goethe,
le digo, cántame una canción romana,
haz
que yo sienta en mi corazón esta antigua tristeza.
Pero
la tumba calla y sobre ella vuelan grises palomas
y
no puedo abrir este libro porque sus páginas son de ceniza.
Milena,
digo luego, tal vez tú puedas finalmente salvarme,
dime
que soy de carne y de sangre, que esto que me atenaza es un deseo
Pero
ella se afantasma entre miles de seres escuálidos
y
apenas si percibo dos llamas que se apagan muy lejos.
¿Entonces
es delirio todo esto? ¿A quién puedo llamar que me
salve?
Su
reino es de este mundo. Todos están aceptados y absueltos.
Son
demasiado humanos, son demasiado justos,
y
yo no logro hablarles con mi estruendo de élitros.
y
no aprendí a cruzar las puertas,
y
no sé defenderme.
Si
ves dos grises ojos de gato en la gótica noche de Praga
comprenderás
que temo morir si me duermo.
Si
oyes una canción en la gótica noche de Praga
comprenderás
que intento saber dónde me encuentro.
Si
oyes un corazón en la gótica noche de Praga
comprenderás
quién sostiene todo este sueño
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