POEMA
FUNERARIO
El
pájaro de lujo ha mudado de estrella
Aparejad
bajo la tempestad de las lágrimas
Vuestro
ataúd a vela
Donde
se aleja el instrumento del encanto
En
las vegetaciones de los recuerdos
Las
horas en torno de nosotros hacen sus viajes
Va
rápido
Va
rápido impulsado por los suspiros
El
mar está cargado de naufragios
Y
yo he alfombrado el mar para su paso
Así
es el viaje primordial y sin pasaje
El
viaje instructivo y secreto
En
los corredores del viento
Las
nubes se apartan para que él pueda pasar
Y
las estrellas se encienden para mostrar el camino
Qué
buscas en los bolsillos de tu chaqueta
Has
perdido la llave
En
medio de ese zumbido celeste
Vuelves
a encontrar en todas partes tus horas envejecidas
El
viento es negro y hay estalactitas en mi voz
Dime
Guillermo
Has
perdido la llave del infinito
Una
estrella impaciente iba a decir que hace frío
La
lluvia aguzada comienza a coser la noche
LA
POESÍA ES UN ATENTADO CELESTE
Yo
estoy ausente pero en el fondo de esta ausencia
Hay
la espera de mí mismo
Y
esta espera es otro modo de presencia
La
espera de mi retorno
Yo
estoy en otros objetos
Ando
en viaje dando un poco de mi vida
A
ciertos árboles y a ciertas piedras
Que
me han esperado muchos años
Se
cansaron de esperarme y se sentaron
Yo
no estoy y estoy
Estoy
ausente y estoy presente en estado de espera
Ellos
querrían mi lenguaje para expresarse
Y
yo querría el de ellos para expresarlos
He
aquí el equívoco el atroz equívoco
Angustioso
lamentable
Me
voy adentrando en estas plantas
Voy
dejando mis ropas
Se
me van cayendo las carnes
Y
mi esqueleto se va revistiendo de cortezas
Me
estoy haciendo árbol Cuántas cosas me he ido convirtiendo en
[otras
cosas...
Es
doloroso y lleno de ternura
Podría
dar un grito pero se espantaría la transubstanciación
Hay
que guardar silencio Esperar en silencio
MONUMENTO
AL MAR
Paz
sobre la constelación cantante de las aguas
Entrechocadas
como los hombros de la multitud
Paz
en el mar a las olas de buena voluntad
Paz
sobre la lápida de los naufragios
Paz
sobre los tambores del orgullo y las pupilas tenebrosas
Y
si yo soy el traductor de las olas
Paz
también sobre mí.
He
aquí el molde lleno de trizaduras del destino
El
molde de la venganza
Con
sus frases iracundas despegándose de los labios
He
aquí el molde lleno de gracia
Cuando
eres dulce y estás allí hipnotizado por las estrellas
He
aquí la muerte inagotable desde el principio del mundo
Porque
un día nadie se paseará por el tiempo
Nadie
a lo largo del tiempo empedrado de planetas difuntos
Este
es el mar
El
mar con sus olas propias
Con
sus propios sentidos
El
mar tratando de romper sus cadenas
Queriendo
imitar la eternidad
Queriendo
ser pulmón o neblina de pájaros en pena
O
el jardín de los astros que pesan en el cielo
Sobre
las tinieblas que arrastramos
O
que acaso nos arrastran
Cuando
vuelan de repente todas las palomas de la luna
Y
se hace más oscuro que las encrucijadas de la muerte
El
mar entra en la carroza de la noche
Y
se aleja hacia el misterio de sus parajes profundos
Se
oye apenas el ruido de las ruedas
Y
el ala de los astros que penan en el cielo
Este
es el mar
Saludando
allá lejos la eternidad
Saludando
a los astros olvidados
Y
a las estrellas conocidas.
Este
es el mar que se despierta como el llanto de un niño
El
mar abriendo los ojos y buscando el sol con sus pequeñas manos temblorosas
El
mar empujando las olas
Sus
olas que barajan los destinos
Levántate
y saluda el amor de los hombres
Escucha
nuestras risas y también nuestro llanto
Escucha
los pasos de millones de esclavos
Escucha
la protesta interminable
De
esa angustia que se llama hombre
Escucha
el dolor milenario de los pechos de carne
Y
la esperanza que renace de sus propias cenizas cada día.
También
nosotros te escuchamos
Rumiando
tantos astros atrapados en tus redes
Rumiando
eternamente los siglos naufragados
También
nosotros te escuchamos
Cuando
te revuelcas en tu lecho de dolor
Cuando
tus gladiadores se baten entre sí
Cuando
tu cólera hace estallar los meridianos
O
bien cuando te agitas como un gran mercado en fiesta
O
bien cuando maldices a los hombres
O
te haces el dormido
Tembloroso
en tu gran telaraña esperando la presa.
Lloras
sin saber por qué lloras
Y
nosotros lloramos creyendo saber por qué lloramos
Sufres
sufres como sufren los hombres
Que
oiga rechinar tus dientes en la noche
Y
te revuelques en tu lecho
Que
el insomnio no te deje calmar tus sufrimientos
Que
los niños apedreen tus ventanas
Que
te arranquen el pelo
Tose
tose revienta en sangre tus pulmones
Que
tus resortes enmohezcan
Y
te veas pisoteado como césped de tumba
Pero
soy vagabundo y tengo miedo que me oigas
Tengo
miedo de tus venganzas
Olvida
mis maldiciones y cantemos juntos esta noche
Hazte
hombre te digo como yo a veces me hago mar
Olvida
los presagios funestos
Olvida
la explosión de mis praderas
Yo
te tiendo las manos como flores
Hagamos
las paces te digo
Tú
eres el más poderoso
Que
yo estreche tus manos en las mías
Y
sea la paz entre nosotros
Junto
a mi corazón te siento
Cuando
oigo el gemir de tus violines
Cuando
estás ahí tendido como el llanto de un niño
Cuando
estás pensativo frente al cielo
Cuando
estás dolorido en tus almohadas
Cuando
te siento llorar detrás de mi ventana
Cuando
lloramos sin razón como tú lloras
He
aquí el mar
El
mar donde viene a estrellarse el olor de las ciudades
Con
su regazo lleno de barcas y peces y otras cosas alegres
Esas
barcas que pescan a la orilla del cielo
Esos
peces que escuchan cada rayo de luz
Esas
algas con sueños seculares
Y
esa ola que canta mejor que las otras
He
aquí el mar
El
mar que se estira y se aferra a sus orillas
El
mar que envuelve las estrellas en sus olas
El
mar con su piel martirizada
Y
los sobresaltos de sus venas
Con
sus días de paz y sus noches de histeria
Y
al otro lado qué hay al otro lado
Qué
escondes mar al otro lado
El
comienzo de la vida largo como una serpiente
O
el comienzo de la muerte más honda que tú mismo
Y
más alta que todos los montes
Qué
hay al otro lado
La
milenaria voluntad de hacer una forma y un ritmo
O
el torbellino eterno de pétalos tronchados
He
ahí el mar
El
mar abierto de par en par
He
ahí el mar quebrado de repente
Para
que el ojo vea el comienzo del mundo
He
ahí el mar
De
una ola a la otra hay el tiempo de la vida
De
sus olas a mis ojos hay la distancia de la muerte
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